MÚSICA



Entre los músicos existe un tabú en relación con las lesiones y los problemas que les afectan, ya que la posibilidad de estar lesionado comporta una pérdida del “estatus” dentro del colectivo, perdiendo futuros conciertos y bajando, por tanto, su nivel.

No obstante, las estadísticas demuestran que más de tres cuartas partes de los músicos sufren algún tipos de lesión al largo de su vida activa relacionada con su actividad.

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Además, un tercio de los lesionados padece afecciones suficientmente graves como para frenar o detener sus carreras. Por tanto, hemos de considerar a los músicos como uno de los colectivos con mayor riesgo de padecer enfermedades profesionales o tecnicopatías.

El origen de todos los males suele radicar en el hecho de que, en ninguno de los casos, el diseño del instrumento se adapta suficientmente a las características anatómicas del músico. Eso comporta la adopción de malas posturas y genera tensiones. Podríamos citar muchos más condicionantes (por ejemplo las condiciones sociales y las presiones laborales) pero, sin menospreciar las otras causas, el factor fundamental no es otro que el trabajo repetitivo. Y, sin ninguna duda, éste es el talón de Aquiles del músico. Todos los gestos que realiza los repite muchas veces.

Los problemas más frecuentes podrían englobarse en dos grandes grupos: los debidos a la acumulación de tensiones (contracturas musculares) y los provocados por el movimiento repetitivo (sobrecarga y sobre-solicitación muscular, tendinitis, dedo en resorte, etc.).

Según una encuesta que se realizó en 1995 por el grupo de estudios médico-musicales a 302 músicos, de todos los estilos de música, en el ámbito territorial de Cataluña, se vio que el 34,5% de los músicos encuestados tenían alguna afectación, en el caso de los músicos de cuerda el número de afectados aumentaba hasta el 57% de los encuestados.

Cuando se les preguntaba por los motivos y la zona del cuerpo afectada, el resultado apuntaba al cuello en un 23% y a la extremidad superior en un 39% (18% de la muñeca,13% de los dedos y 8% de la mano), y los motivos existentes apuntaban a un 27% de ansiedad, un 20% de depresión y un 20% de tabaquismo.

De esta forma, podemos ver que el principal problema que presentan los instrumentistas de cuerda son las lesiones cervicales. Estas lesiones son fácilmente evitables si se corrige la postura, el cojinete y/o la barbilla; y la zona más móvil como es la mano, que puede dar patologías como los dedos en resorte, tendinitis, o, la más problemática, la distonía focal, de origen neurológico.

Respecto a las afectaciones psicológicas, los resultados son, como se expone anteriormente, los de un cuadro depresivo con episodios de ansiedad, provocando efectos secundarios como podría ser el aumento del consumo de tabaco como un tranquilizante para combatir el estrés por el hecho de querer tocar y no poder.

De esta forma podemos afirmar que un gran número de músicos “convive” con molestias a lo largo de buena parte de su carrera y consulta al especialista cuando es demasiado tarde, al ser poc consciente de los problemas que tiene.

Desde nuestra clínica no nos centraremos sólo en el tratamiento de la lesión una vez aparece, sino que analizaremos la actitud postural de cada instrumentista de forma personalizada y específica, adaptando el tratamiento y buscando las mejores medidas preventivas y ergonómicas para no volver a recaer en una lesión y poder volver a disfrutar de la música.

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DANZA



En el mundo de la danza el cuerpo es la herramienta de trabajo. Los bailarines y bailarinas dedican muchas horas a ensayar, haciendo posturas forzadas y equilibrios muy complejos, por lo que el esfuerzo físico que realizan es comparable al de un deportista de élite.

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A diferencia de los músicos, los bailarines tienen una conciencia corporal mucho más interiorizada. Las necesidades de atención a su cuerpo también son mayores. Haciendo estiramientos y calentamiento para evitar lesiones, ya que son mucho más conscients de que una lesión importante puede acabar con su carrera artística.

La mayor parte de los problemas que presentan los bailarines suelen ser por desgaste, sobrecarga y sobresolicitación del sistema músculo-esquelético. Normalmente suelen padecer afecciones en las extremidades inferiores y en la zona dorso-lumbar.

El tipo de lesiones más frecuente suelen ser tendinitis, contracturas, rompimientos musculares, periostitis, fracturas por estrés, esguinces de ligamentos y afectaciones articulares como la condromalacia de la rótula.

En este campo, nosotros tratamos, en primer lugar, la propia patología y el dolor agudo asociado a ella, y después se trabaja la prevención y el mantenimiento para que el bailarín pueda volver a su actividad con las mejores condiciones físicas y evitar futuras recaídas.

TEATRO



La voz es la herramienta fundamental de los cantantes y de los actores. Para producir el sonido y poder transmitir un mensaje necesitamos los pulmones y el diafragma para bombear el aire de forma automática, la laringe y las cuerdas vocales para hacerlo vibrar y el resto del cuerpo para hacer de caja de resonancia.

En el mundo del teatro, la comunicación oral y el canto, hay muchos profesionales con afecciones de espalda, sobre todo a nivel cervical, y patologías asociadas a la voz y a la foniatría.

En este punto es donde más podemos ayudar desde la fisioterapia escénica. Tratando de relajar la musculatura del cuello, mandíbula y cervicales. También trabajamos sobre la biomecánica respiratoria, relajando el diafragma y las costillas mediante fisioterapia respiratoria. Hay una conexión directa entre las lesiones de origen cervical alto (zona occipital), las afectaciones temporo-mandibulares y el aumento de tensión en la musculatura propia del cuello y respiratoria.